» Conducta negativa desafiante: Este tipo de trastorno se presenta en los niños y es aún más frecuente en los adolescentes, dificultándoles regular y expresar las emociones de forma adecuada. Se manifiesta con actitudes como generar discusiones, desobediencia hacia la figura de autoridad, desafío a las reglas e instrucciones, un patrón frecuente de ira, rebeldía y oposición constante a las normas y los límites establecidos. Puede ser lo bastante grave como para afectar el desarrollo social y académico.
» Trastorno disocial: consiste en un patrón de comportamiento en el cual se violan constantemente y sin sentimiento de culpa los derechos de los demás. Las personas con este tipo de trastornos son insensibles a los sentimientos de las otras personas, pueden causar daño, robar, romper y lastimar sin mostrar un sentimiento de culpa.
» Trastorno límite de personalidad: Es un trastorno que se manifiesta a través de cambios inestables en el estado de ánimo, afectando el comportamiento y las relaciones. Las personas que lo padecen experimentan episodios de exaltación y energía elevada, lo que influye en su percepción de sí mismas y de los demás. Esto dificulta su integración normal en la vida diaria y las rutinas. El trastorno incluye episodios de ira, impulsividad y cambios frecuentes en el estado de ánimo. Además, es común que aquellas personas que padecen este trastorno hayan enfrentado situaciones como abuso físico y sexual, abandono o pérdida de un padre.
» Depresión: Este trastorno se manifiesta con tristeza, desinterés en las actividades diarias, alteraciones en el sueño y la alimentación. En algunos casos, se acompaña de pensamientos suicidas y desesperanza. Algunas personas que lo sufren recurren a autolesiones como una forma de aliviar el dolor emocional al canalizarlo hacia el dolor físico.
» Autolesiones: Es una respuesta no saludable al dolor emocional, donde la persona afectada busca alivio momentáneo mediante el daño físico al propio cuerpo. Aunque inicialmente se puede sentir una falsa sensación de calma, luego puede transformarse en sentimientos de culpa y vergüenza. Aunque no siempre implica un intento suicida, es crucial prestar atención y brindar cuidado a quien lo padece, ya que estas conductas son una forma de comunicar problemas emocionales y psicológicos que la persona no puede manejar por sí sola.
» Trastornos psicóticos: Se definen por la presencia de delirios, alucinaciones, pensamientos y habla desorganizados, así como comportamiento motor caótico, que puede incluir catatonia. También se observan síntomas negativos, como la disminución de expresiones emocionales, la incapacidad para experimentar interés y placer, y la falta de interés en las relaciones sociales.
» Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT): Se manifiesta en aquellos que han experimentado o presenciado abusos, violencia o maltratos. En niños y adolescentes, se refleja en conductas disruptivas, ataques de pánico, ansiedad, trastornos del sueño y pensamientos intrusivos. También se observan estados de ánimo negativos, evitación de recuerdos traumáticos, baja autoestima y sentimientos de poco valor personal. En algunos casos, pueden repetir patrones de violencia aprendidos, afectando a otras personas.
» Duelo por separación: Trastornos que provocan alteraciones cerebrales debido al uso de sustancias psicoactivas, impactando en la conducta y las emociones.
» Adicciones: Trastornos que generan cambios significativos a nivel cerebral por el uso y consumo de sustancias psicoactivas, afectando la conducta y las emociones.
Síntomas de abstinencia: Son cambios físicos y mentales que surgen al interrumpir o reducir el consumo de sustancias psicoactivas. Entre los más frecuentes se encuentran la irritabilidad, las conductas agresivas y la impulsividad.